Paseos
Camino errante con el mar de compañero, en él veo perderse las olas,
y como vienen otras.
Inseparable nos acompaña un anaranjado sol de atardecer, que majestuoso,
se acuesta sobre el mar.
Aparece entonces la luna, y me dice:
"Hay muchas estrellas en el firmamento"
Y sólo le pude contestar, que la mía ya tiene nombre.
y como vienen otras.
Inseparable nos acompaña un anaranjado sol de atardecer, que majestuoso,
se acuesta sobre el mar.
Aparece entonces la luna, y me dice:
"Hay muchas estrellas en el firmamento"
Y sólo le pude contestar, que la mía ya tiene nombre.
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