Flor
Este poema va dedicado...
Aquel era un día gris oscuro,
y el que maneja los hilos
se olvidó de darme algún sentimiento.
Y entonces después de años,
de falsas alegrías y tristezas fingidas,
me topé con una flor en mi camino.
Curiosamente, ella me trataba diferente,
a toda la demás gente,
esta dulce flor, había días que sin saberlo ella,
me pinchaba con sus espinas,
y otros que sus pétalos curaban mis heridas.
Mi vida cambió, era el mismo y no lo era,
ahora sentía, estaba enamorado de una flor!
A veces tuve miedo de expresarme,
otras mi mente se oponía a decirle lo que realmente
la quería.
Entonces, tuve que irme, y dejé a la pequeña flor
que había echado raíces,
pensamos que nuestro amigo Sol,
nos ayudaría a seguir juntos!
Yo hablé con la Luna,
para que me contara que hacía por las noches
mi estimada flor.
Pero llegó el otoño y ella,
(según me contó una estrella)
asesorada por la distancia,
decidió poner fin a nuestra experiencia.
Lloré lluvias para regarla,
volvieron aquellos días grises que ya olvidaba,
pero mi dulce flor, me ayudó a superarla.
Después de furtivos encuentros, te digo flor:
Un negro día me pediste que dejara de amarte;
con el tiempo y lágrimas,
lo hice.
Pero, no me pidas mi flor que te olvide, por que no puedo,
no me pidas florecita que cuando pasee por tu verde prado, no te llame,
no me pidas que cuando huela tu aroma sea insensible,
y no me pidas bonita que al verte no me alegre!
Con el tiempo, cuidaré de otras flores, pero siempre estarás en mi corazón.
Aquel era un día gris oscuro,
y el que maneja los hilos
se olvidó de darme algún sentimiento.
Y entonces después de años,
de falsas alegrías y tristezas fingidas,
me topé con una flor en mi camino.
Curiosamente, ella me trataba diferente,
a toda la demás gente,
esta dulce flor, había días que sin saberlo ella,
me pinchaba con sus espinas,
y otros que sus pétalos curaban mis heridas.
Mi vida cambió, era el mismo y no lo era,
ahora sentía, estaba enamorado de una flor!
A veces tuve miedo de expresarme,
otras mi mente se oponía a decirle lo que realmente
la quería.
Entonces, tuve que irme, y dejé a la pequeña flor
que había echado raíces,
pensamos que nuestro amigo Sol,
nos ayudaría a seguir juntos!
Yo hablé con la Luna,
para que me contara que hacía por las noches
mi estimada flor.
Pero llegó el otoño y ella,
(según me contó una estrella)
asesorada por la distancia,
decidió poner fin a nuestra experiencia.
Lloré lluvias para regarla,
volvieron aquellos días grises que ya olvidaba,
pero mi dulce flor, me ayudó a superarla.
Después de furtivos encuentros, te digo flor:
Un negro día me pediste que dejara de amarte;
con el tiempo y lágrimas,
lo hice.
Pero, no me pidas mi flor que te olvide, por que no puedo,
no me pidas florecita que cuando pasee por tu verde prado, no te llame,
no me pidas que cuando huela tu aroma sea insensible,
y no me pidas bonita que al verte no me alegre!
Con el tiempo, cuidaré de otras flores, pero siempre estarás en mi corazón.
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