Rescate y pérdida
Fue una noche aspera y fría,
dónde los ángeles no existían.
Y los demonios bailaban
al son de la lujuria.
Oscuridad tenebrosa
habitada por duendes
de finalidad dudosa.
Territorio de ladrones,
tierra inhóspita.
Pleno de lagartos
y brujas traidoras.
Y de ese mi mundo,
tú me despertastes.
De mi desgracia,
tú me liberastes.
De mi desidia,
tú me librastes.
De mis miedos,
tú me salvastes.
Pero de mí mismo,
ni tú, ni nadie,
puede salvarme.
Ese es mi destino,
amar hasta el desgaste.
Creer que me amabas,
y soñar que me amaste.
Anhelar un futuro,
dónde seamos una parte.
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